08 febrero 2007

Industria musical. Engañando al consumidor desde…(I)

Porque igual se piensan que EMI, y Sony, son hijas de sus tiempos y de los actuales directivos. Pues no, de casta le viene al galgo. Cerraron en el Napster porque no es jugar limpio, pero ¿Ellos han jugado limpio siempre?

Griten conmigo: ¡Estafadores!¡Vendedores de engañifas! ¡Mercachifles!

De nuevo, una recopilación de entradas con vaga coherencia temática. Recopilación de algunos de los mejores fuera de juego de la industria musical al consumidor.


Acusado: Columbia

Causa: Ellington at Newport

Antecedentes:

-Si no sabe quien es Duke Ellington .

Pues fue un pianista fantabuloso de jazz. Pero además era el director de su grupo y un compositor prolífico y vital en la historia del jazz. Que estarán de acuerdo conmigo en que no es poco como carta de presentación.

-Si no sabe cual era la situación de Duke Ellington en el 56.

La historia del jazz va a saltos y revueltas dando un giro prácticamente de 180º cada 10 años. Duke Ellington destacó en los años 30 en el apogeo del swing y las bigbands. Creó un sonido propio con el jungle sound. Pero para los años cuarenta el swing dejaba paso al bebop que estaba en las antípodas del concepto de swing y big band. Para los años 50 el bebop dejaba paso al cool jazz y al hardbop. Lejos, lejísimos quedaba el tiempo de las bandas. La mayoría ya estaban disueltas hacia casi 10 años, pero no la de Ellington, que tenía que recurrir a pagar a sus músicos con los beneficios de los derechos de canciones. Se le veía como alguien obsoleto, tenía críticas negativas, había perdido el status de mejor big band en las encuestas…etc. Y he aquí que llega el festival de jazz de Newport del 56, en su tercera edición, y Duke es invitado a tocar entre ríos, mares y océanos de escepticismo.

-Si no sabe lo que paso en Newport en 1956.

Por si no había quedado claro: las perspectivas eran muy poco halagüeñas para ese concierto. Además, para rematar la situación, la banda de Duke Ellington fue la ultima en tocar y bastante gente ya se estaba yendo. Según el mito Duke murmuró, “¿Qué somos, las fieras, los acróbatas?” al ver el espectáculo de la gente que estaba desfilando camino a la salida. Y se pusieron a tocar, y a partir de aquí el resto es leyenda. En una gran actuación general llega el momento en que tocaron “Diminuendo And Crescendo In Blue”. Eran dos piezas en principio separadas para las que Duke asigno a su saxo tenor, Paul Gonsalves, que estableciera un puente entre ambas secciones. Pues el bueno de Paul Gonsalves lía la de Dios es Cristo. Es tocado por esa varita mágica que golpea en raras ocasiones a los músicos y forjara una leyenda. La cosa empieza sin demasiado brío, pero bajo el ritmo marcado y bien marcado, Gonsalves va cogiendo carrerilla hasta lanzarse disparado. Resultado: Delirio, delirio absoluto del publico. Gente subida encima de las sillas, gente bailando por los pasillos, encima del escenario, y en la propia grabación se oyen los aullidos del respetable.

¿Que si el jazz es capaz de provocar eso? La policía tuvo que intervenir, y la organización le dijo a Duke que parara aquello. Desde luego en el 56 los aficionados al jazz no eran todos snobs de monóculo y levita.

-Si no sabe que hizo Columbia.

Pero aquí llega el problema, el sonido de Paul Gonsalves no salía por el micro adecuado y la pobre calidad de la grabación del concierto hacia inviable su comercialización. Solución de Columbia: Obligar a grabar a Duke y su banda otra vez todos los temas dos días después del concierto y superponer las voces de las intros del concierto. Salvo el “Diminuendo And Crescendo In Blue” y un par de piezas, ni el 40% del disco final. Y claro, evidentemente el disco se vendió como si fuera la grabación del concierto cuando en realidad aquello no era el concierto de Newport. No les salio mal la jugada y vendieron cantidades astronómicas del disco. El propio Duke fue portada de la revista Time, tras el concierto.

Veredito: Culpable

Por suerte esta fechoría fue solucionada con una edición muy posterior (¡43 años después!) por parte de Sony de “Ellington At Newport 1956 [LIVE] [ORIGINAL RECORDING REMASTERED”, en el que de verdad era sonido del propio concierto. ¿La explicación? Afortunadamente una emisora de radio (Voz de América) si había logrado captar el sonido del concierto y mezclando ambas fuentes se consiguió una edición digna del propio concierto.

En la próxima entrada: Payola y el perro de luna.

1 Cosas al respecto:

At 09 febrero, 2007 18:39, Blogger vomiton dijo...

ay, me he emosionado. Habrá que oírlo. Aunque puede que lo haya hecho y no fuera o fuese consciente.
bonito artículo

 

Publicar un comentario

<< Home