27 septiembre 2005

Los premios Guiness más cerdos

Son una vergüenza para sus países. Los políticos huyen de ellos. Los niños no les piden autógrafos. Ningún anunciante los llama. Su único pecado fue ser unos soñadores, unos ilusos que un día cualquiera decidieron que ellos también querían formar parte de EL LIBRO, pero como era bastante difícil entrar en la Biblia optaron por entrar en el Libro Guiness, refugio de aventureros, suicidas y gente con poco trabajo en general.

La vocación de servicio público de “The Foreros Weblog!” nos llevó a investigar el pasado y los éxitos al más puro estilo “Qué apostamos” de los héroes ocultos de los récords.

La mujer de los mil alientos

Jacqueline y un fan


Jacqueline O’Ryordan, de Alaska y Dinarama coleccionó desde pequeña en pequeños tarros de cristal el aliento que su padre, mamporrero de troncos, le traía de los países a los que se veía obligado a viajar por motivos profesionales.

Son más de mil los alientos diferentes que guarda en el garaje de su casa. La mayoría son anónimos, como es el caso del vagabundo de Kuala Lumpur al que le olía el aliento a perro mojado o un charcutero de Nueva Guinea que exhalaba un curioso olor a polvorones.

Pero una parte de los tarros contienen grandes bafos de famosos, como el de Camilla Parker-Bowles después de mantener sexo oral con una cabra o el de Caco Senante tras la ingesta habitual de seiscientos platos del día. La prestigiosa casa de subastas Sotheby’s se ha mostrado interesada por varios de sus artículos.


La burilla más grande del mundo


Hay gente dispuesta a pagar una fortuna por hacerse con ella

Joshua Miles, oriundo de Antigua y Barbuda, atesoraba debajo de la mesa del comedor de sus padres el gérmen de lo que ahora ya se considera la burilla (o pelotilla, los expertos no se ponen de acuerdo) más grande del mundo. Sesenta y tres años de celoso apelmazamiento de mocos han acabado formando una gran pelota en absoluto viscosa, como podría parecer, si no realmente sólida y estable.

Amable y atento, pese a su dura infancia como mimo en un club de estriptís, Joshua siempre tiene una palabra amable para el forastero que se detiene en su granja de ñús a hacer fotos a la que se considera su obra maestra. Pero no os quedéis a comer por mucho que os insista, que se rumorea que tiene las manos largas.


Lanzamiento de escupitajo olímpico


Instantánea tomada justo antes del accidente

Frëdërïk Sïmönsönën, un rubio y atlético hemipléjico de Lesotho, nunca olvidará la madrugada del 29 de septubre de 1983, cuando logró superar en más de veintisiete kilómetros el récord de lanzamiento de escupitajo que Ataúlfo Ngonga mantenía desde la inclusión de esta modalidad como olímpica, en 1982.

El único de los recordsman que tiene una calle dedicada en su país, Frëdërïk sufrió un coma diabético justo en el momento del esputo ganador, con las graves consecuencias que todos conocemos, además de un sarpullido horroroso en la base de los sobacos. Desde entonces dedica su vida a los niños con golondrinos que no pueden pagarse un cirujano estético y es íntimo amigo de Michael Jackson.


Rompió más de 300 bidés con la cabeza


Miquel entrenando en lo alto del Mulhacén

Miquel Boadella, de Sant Joan de les Abadesses, es el artista marcial más bruto del mundo. Lo demuestran los trescientos doce bidés que rompió en la vecina localidad de Ripoll durante una exhibición aérea. Boadella insistió en que los bidés fueran usados justo antes de romperlos, pero su acompañante sólo fue capaz de lavarse en poco más de ciento cincuenta para acto seguido caer exhausta y morir.

Nadie ha osado todavía siquiera pedirle la hora desde aquél día. Se hace llamar Akenathón y vive en las montañas alimentándose de musgo y huevas de mandril.


Siete litros de pus


Manuela Friedsmann y Andrés Liepij, los afortunados policías

Antonia Lee, de Brisbane (Cuenca), tuvo un grave problema en su adolescencia, con un ataque de acné marsupial que le desfiguró completamente el rostro. La extraña manía de untarse la cara cada día con estiércol no la ayudó demasiado, así como que sus padres la encerraran hasta los treinta años en el sótano de la casa, comiendo en un plato de perro y sin ver nada más que la mano de su madre. Pero dejemos las anécdotas divertidas para otro momento.

Diecisiete años dan para mucho, y en el caso de Antonia, más. Durante ese tiempo, por si venían años de vacas flacas, acumuló litros y litros de pus (no pongas esa cara, es un fluido como otro cualquiera) hasta superar los setecientos centilitros. Los miembros de las fuerzas especiales que la rescataron hicieron uso de tanta cochinada para forrarse, respetando su autoría, eso sí, y la vendieron a cierta cadena de restaurantes chinos que hay cerca de tu casa. Antonia fue descuartizada por un koala berserker.


96 años sin cambiarse los calzoncillos


Zamando, en una foto de archivo

Zamando Petronus, de San Juan del Palomo (Caracas) fue expulsado de su aldea natal en la Capadocia turca a la edad de seis meses y dos días, siguiendo el ritual de emancipación de la tribu chuní a la que pertenece.

Zamando olvidó coger siquiera una muda, el tío cutre, y vagó por el mundo siempre con los mismos calzoncillos de algodón amarillo que le regaló su madre justo antes de lanzarlo a la nieve. Basta decir que cuando murió (contaba con apenas treinta años) los calzoncillos ya no eran amarillos, y prácticamente no se distinguían de la piel. También es posible que se deba a que murió carbonizado en una peligrosa fábrica de gominolas.


La mujer con más comida entre los dientes



Todo esto salió de la boca de Jasmina

Rebecca Miralamecca, Jasmina para los amigos, es una chinochipriota que pasará a la historia de los récords por ser la mujer con más comida entre los dientes. Regente del Hospital Mental para Víctimas de las Teleoperadoras de Michigan (Béjar), afirma no haberse cepillado nunca los dientes, dato que rebaten amigos, conocidos y algunos cabrones del mismo pueblo, por lo que no computa.

Pero lo que sí ha sido comprobado es que un total de diecisiete kilos de comida putrefacta fueron extraídos de los huecos de su dentadura, sin contar los restos de cartón, hueso y alquitrán que se entremezclaban en las muestras. Pero este récord le pasó factura a su salud: Jasmina no volvió a menstruar.


Emocionante, ¿verdad? Muchos campeones más siguen ocultos esperando que se les reconozca su valía. Ante esta injusticia, “The Foreros Weblog!” se mostrará siempre firme. Salud y fuerza, compañeros.

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5 Cosas al respecto:

At 28 septiembre, 2005 14:55, Anonymous Anónimo dijo...

Hey habeis suprimido 2 comentarios, espero que no lo hagais con el mío.
Lo de la burilla más grande del mundo salió en un capítulo de Doraemon jaja, cuanta escatología en un mismo artículo

 
At 28 septiembre, 2005 15:11, Blogger EstifenJouquins dijo...

Los dos primeros comments eran SPAM en inglés. Algo de que si queríamos alargar nuestro pene o no sé qué. :D:D

Sucias, que sois unas sucias. :D

 
At 28 septiembre, 2005 16:52, Blogger vomiton dijo...

Brutal!!!Aunque me duele la cabesa. me estoy descojonando.
El mejor el acompañante del señor de los Bidets.jajajaja.
muu original.

 
At 28 septiembre, 2005 22:18, Blogger Redivivo dijo...

Jajajaja,joder, tremendo, tremendo, que descojono. Un post genial, buenisimo, de veras, jajaja.
MUY BUENO.

 
At 30 octubre, 2018 17:10, Blogger Unknown dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

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