Lo prometido es deuda, y es mi deber comentar este disco, que no por ser conocido deja de ser hilarante, si bien lo más divertido es ver la cara que se les queda a los que no conocen este engendro cuando lo escuchan por primera vez y reconocen a su autor. Como reza el título, el documento sonoro que voy a comentar no es otro que el inefable Los Chulos Son Pa Cuidarlos, de ese gran artista que en su tiempo fue conocido con el nombre de Alejandro Magno. Por desgracia, el medio hombre (en ambos sentidos) que nos ocupa se rindió ante la tentación de una vida lujosa en Miami al servicio de la SGAE, y hoy día es famoso dentro de su estilo convencional y aburrido. Su nombre artístico actual es Alejandro Sanz.
Cabe destacar que este engendro, del cual cuenta la leyenda que en su día se editaron 500 copias y se vendieron 75, es ahora conocidísimo en toda España debido a la gran difusión de la que ha gozado gracias a Internet. Además, está considerado (con acierto, en mi opinión) como una de las obras cumbres de la serie Z española, llegando a cotas alcanzadas sólo por grandes maestros como Luixy Toledo o El Payo Juan Manuel. Es interesante también el hecho, no repetido aún, de que este espanto reúne las tres mayores características que dotan de bizarrez a cualquier pieza sonora o audiovisual que se precie; en primer lugar, por razones obvias, se halla la música (por llamarla de algún modo). Sólo con escuchar las primeras notas de la canción que da título al disco, el oído entrenado reconoce inmediatamente uno de los estilos ¿musicales? más prolíficos en materia de basura. Sí, amigos, se trata ni más ni menos que de una especie de RUMBA light (más cerca del Fary que de Los Chichos), sólo que el bueno del Sr. Magno le ha añadido unos toques discotequeros/feriantes muy de finales de los 80 o principios de los 90 (recordemos que la cosa ésta data del 89), incrementando exponencialmente su valor como ejemplo de desecho musical.
La segunda característica bizarra es la letra. Salvo alguna excepción como la bizarrísima Tom Sayer (sic), las canciones tratan básicamente sobre macarreo, tal como reza el título del disco, y algunas de ellas podrían servir de inspiración a gente como Er_nota_gorfo o cualquier espécimen de la misma calaña. Las letras son probablemente lo más impactante del disco por su garrulez y por la omnipresente apología del proxenetismo. Entraré con más detalle más adelante.
Finalmente, tenemos un detalle que, si bien por sí solo no posee bizarrez, unido a cualquiera de los anteriores multiplica el valor de la pieza. El detalle en cuestión es bastante obvio: Los Chulos Son Pa Cuidarlos representa el pasado oscuro de un famoso, y además es algo que este tipejo jamás admitiría haber hecho. Algo, en suma, por lo que no le preguntaría ni Pablo Carbonell en sus mejores tiempos. Pero, a diferencia de otros casos como La Historia de Bill Clinton contada para los niños (Nacho Cano), o todo el Forgessound (Luis Eduardo Aute, Rosa León, Teddy Bautista y otros), Los Chulos Son Pa Cuidarlos no está hecho en un momento de debilidad o cachondeo, sino que es el inicio del que ahora se hace llamar Alejandro Sanz. Y no es un inicio cualquiera: se trata de un fracaso tan sonado y ridículo (insisto en las 75 copias vendidas en toda España) que el sr. Magno cambió de estilo y hasta de nombre artístico, abandonando su (suponemos) adorada rumba para pasarse a un estilo comercial y repetitivo del cual ya estaban saturados los medios incluso aquel entonces. Algo que, por otra parte, no dice nada bueno de este hombre, puesto que si hubiera seguido con su carrera ¿musical? ahora estaría reverenciado como uno de los grandes maestros, dejando en pañales a duros competidores como El Pelos o La Otxoa. Lástima.
Pero, si bien estamos ante algo único que se merece toda la parrafada anterior, no debemos olvidar que esto es una crítica, no un artículo, y por tanto es hora de entrar en materia. En primer lugar, es inevitable comentar la estética rompedora de la portada, sólo superada por Ginesito, Deme el Castellano y algunos otros elegidos. Veámosla:
Su impresionante falta de complejos (y de sentido del ridículo) es sólo superada por su expresión de chulería, que, si bien es muy apropiada para el título del disco, palidece ante verdaderas muestras de proxenetismo barriobajero, y suponemos que el mismísimo Payo Juan Manuel le pegaría un par de hostias por mariconazo, del mismo modo que Dominguín se las dió a su hijo. Si podéis resistir el chorro de aceite que emana de esta portada, es hora de que sufráis la contraportada:
Alucinante, ¿no es cierto? Pero recuperémonos del shock producido por tal visión, y comentemos otro detalle: en esta contraportada podemos apreciar los nombres de las canciones, así que empecemos a hacernos una idea de lo que nos espera. Los Chulos Son Pa Cuidarlos se antoja la más suculenta del disco (y de hecho lo es), junto con Se Busca Un Lío, que suponemos que se habría llamado Se Busca La Ruina si Mr. Sanz fuera de Málaga. También destacan otros títulos como Tomasa, que por desgracia no es una versión de La Tomasa del Payo, Ajaulili o, sobre todo, Tom Sayer. Esto, lejos de ser una errata, creemos que es una forma de rebeldía contra el sistema. Si Alejandro Magno quiere escribir una palabra sin uve doble, ¿quienes somos nosotros para obligarle? Incluso denota su espíritu punk: él hace las cosas como quiere, no le importa que la sociedad le diga que está mal. Esto hace inevitable la comparación con los Sex Pistols, y además tanto ellos como Alejandro cosecharon el éxito con un solo disco, si bien en éste último caso el éxito tardó una década en llegar. Es obvio que el artista que nos ocupa era un adelantado a su tiempo, por lo cual para hacer una gira basada en el sucio lucro hubo de cambiar su inefable estilo musical.
Bien, pasemos a lo fuerte, es decir, a la propia ¿música?, que es lo que interesa. Debido a que algunas canciones, como Doña Marina o Ajaulili son bastante vulgares (al menos, en comparación con las grandes joyas del disco), sólo comentaré en detalle las bazofias más extremadamente infumables del disco. Como decir sólo eso sería ser muy poco selectivo dada la ínfima calidad de la obra que nos ocupa, para ser más claro diré que me extenderé en las tres peores bostas (es decir, las tres mayores joyas): Señor Papá, Tom Sayer y Los chulos son pa cuidarlos. Esta última no tiene desperdicio.
Señor Papá
En esta canción (por llamar de algún modo a eso) no existen referencias directas al proxenetismo, pero casi. Básicamente nos narra las andanzas de Magno como golfillo despreocupado de la vida que se dedica a nada en concreto. Vamos, la cigarra del cuento. El estribillo es francamente sobrecogedor, y paso a desglosar aquí su impactante letra:
Hijo mío, tú quieres aprender a zapaterelerelelelerelerelerelerero... ¡NO, SEÑOR PAPÁ!
Entonces tú quieres ser carpintelerelerelerelerelerelerelerero... ¡NO, SEÑOR PAPÁ!
Te gustaría aprender a carnicelerelerelerelerelerelerelerelerero... ¡NO, SEÑOR PAPÁ!
¡Entonces tú quieres ser sinvergüencerelerelerelerelerelerelerero!... ¡¡SÍ, SEÑOR PAPÁ!!
Como vemos, la capacidad de hacer rimas de este hombre no tiene igual. Además, su finísima elección de vocabulario queda claramente patente (aunque ampliamente superada posteriormente). El resto de la letra es, digamos, digno del estribillo: Alejandro magno realmente desea ser un auténtico sinvergüencerelerelerelerelerelerelerero de pura cepa. Escuchad, escuchad, y ya me contaréis... si sobrevivís.
Tom Sayer
Como vemos, Alejandro Magno se nutre de referencias culturales varias, y lo admite sin pudor. ¿Son compatibles la literatura y la rumba? Alejandro Magno cree que sí, y no somos nadie para decirle que no. De hecho, probablemente estaríamos ante el Cervantes del siglo XX si no fuera porque el mundo decidió que su estilo musical no era apropiado para los tiempos que corrían. Porque, señores, estamos hablando de un genio incomprendido adelantado a su tiempo. Pero me estoy desviando... es el momento de analizar la letra. Si leemos entre líneas veremos que se trata de una crítica literaria en formato musical, algo innegablemente original pero que, por razones desconocidas, no fue aceptado. Veamos qué aspectos destaca Alejandro en su crítica:
Mi ídolo desde pequeño
fue producto de la imaginación,
fue el personaje de un cuento
que marcó mi generación.
Me gustó su forma de ver
la vida de otro color,
la vida del Mississipi,
y me vino la inspiración.
El autor se centra en las sensaciones encontradas en la lectura de la obra. Así, vemos que es probablemente la falta de objetividad lo que desacreditó a su crítica... porque su innovador estilo de crítica basada en la subjetividad no fue aceptado, por desgracia.
Ese tipo peligroso
con cara llena de pecas
y sus ropas andrajosas
chupado y de carne seca.
Ahora el autor se centra en el personaje principal, y además lo hace de un modo curioso, ya que no usa ningún verbo. Así que no sólo estamos hablando de un compositor y crítico literario, sino también de un lingüista, tan rompedor en esta faceta como en las demás. Esta estrofa no verbo, como esta misma frase.
Ese gran amigo suyo
primo de Kunta Kinte
que siempre le acompañaba
me extraña que no despinte.
No hace falta decir nada. Esta estrofa, y en especial el bizarrísimo e inesperado último verso, hablan por sí solos.
El cuento no fue así,
que Tom Sayer fue un bandolero,
que nadie lo ha comprendido,
que le robó el reloj a mi bisabuelo.
Como vemos, Alejandro Magno es un ávido consumidor de sustancias alucinógenas y psicotrópicas. Eso explica, efectivamente, muchas cosas (también hay apología de la droga en Ajaulili).
Los chulos son pa cuidarlos
Su obra cumbre. Una de las mayores bostas que jamás he escuchado, y eso, creedme, tiene mérito tras 8 Spanish Bizarros y 12 especiales de Caviar del Caspio. No es casualidad que esta sea la ¿canción? que abre el disco: se trata de un arranque con fuerza para dejar K.O. al incauto comprador. Sólo con escuchar los primeros acordes sabemos que el título de la canción es apropiado. "Los Chulos son pa Cuidarlos"... simplemente sabemos que difícilmente se podría escoger un título mejor. Es una canción hecha por y para Chulos. Tras esas primeras notas, un tremendo "Nainonainonaaaaaa", en el que escalofriantemente reconocemos la odiosa voz de Alejandro Sanz, hiela nuestras neuronas. Tras esto, si nuestro cerebro es capaz de resistir lo irresistible, es decir, la tentación de apagar el reproductor, asistiremos a una indescriptible declaración de principios. Declaración, por supuesto, totalmente acorde con el título de la canción y por ende del disco entero:
Ya te he dicho tantas veces
que te doy mi primavera
si a cambio de billetes
y una moto de primera.
Sabes bien que protegerte
tiernamente y con solera
es un arte que llevo en mi sangre
y no, no lo tiene cualquiera.
La relación con la mítica El Protector del grandioso Payo Juan Manuel (otra oda al proxenetismo de la cual tal vez hable algún día) es evidente, sólo que aquí no se hace referencia directa al oficio de la "protegida", aunque está bastante claro (y si no, a santo de qué la palabra "Chulos"...). Tras estos bizarrotes versos pasamos al inenarrable estribillo, cuya transcripción es insuficiente debido a que los berridos de Magno son intranscribibles:
Los Chulos son pa cuidarlos, y tú no lo haces asín.
Los Chulos son pa cuidarlos, no me tengas porque sí.
Los Chulos son pa cuidarlos, y pa toa la vida entera.
Los Chulos son pa cuidarlos, y ellos cuidarán de ti.
Ay, a tu vera, a tu vera; ay, a tu vera para ser feliz.
Ay, a tu vera, a tu vera; ay, a tu vera pa cuidar de ti.
Ay, a tu vera, a tu vera; ay, a tu vera, y es mejor así.
Ay, a tu vera, a tu vera; ay, a tu vera, y hasta pa morir.
Los dos primeros versos son enigmáticos: ¿Se trata de un desengaño amoroso? ¿O es que Alejandro no quiere ser un hombre objeto, perdón, un chulo objeto? Los dos siguientes versos lo dejan claro: los chulos son unos entes especiales, se funden contigo hasta formar una única entidad bicéfala. Así son los Chulos. Bigger than life. Finalmente, una coletilla de 4 nuevos versos igualmente aliterados y repetitivos refuerza esta última conclusión. Pero sigamos con la aberración:
Ya te he dicho tantas veces
que tú has sido la primera
y que todos mis ritos mejores
se hacen polvo en tu cadera.
No hagas caso de las voces
ni brebajes de hechiceras
porque en sueños me conoces
como el príncipe que esperas.
Alejandro sigue metido hasta el fondo en su papel de Chulo, y los dos últimos versos son probablemente lo más hortera de todo el disco (eso es mucho). Tras esto, sigue de nuevo el grandioso estribillo, martilleando sin piedad a nuestros desprotegidos tímpanos con sus indescriptibles alargamientos de vocales. Y, al fin, llega el momento que todos estábamos esperando: el final de la canción.
En suma, todo esto representa el cúlmen de una obra bizarra de la mala calidad musical que, si bien ha trascendido más por la posterior fama del sujeto que nos ocupa, es uno de los mayores paradigmas del desecho musical español. Sólo el maestro Toledo, en toda su totalidad, y algunos otros artistas, en ciertos momentos bajos de su carrera, han llegado a este nivel. Quitémonos el sombrero ante esta abisal flor de estercolero, como la denominaría el mismísimo Faemino One, pues pocas veces se ha repetido algo así (por suerte), incluso en el espantoso panorama bizarro centrado en Tamara que se ha venido en llamar "caspa".
Tracklist
La clasificación va desde N (bizarrez casi inexistente) hasta NNNNN (horror incalificable), existiendo además la categoría especial V para subproductos tóxicos muy concretos que deben usarse en bajas dosis bajo peligro de demencia aguda.
Los Chulos son Pa Cuidarlos V
Tomasa NNN
El Apartamento NNN
Se busca un lío NNN
Doña Marina NN
Tom Sayer NNNN
Señor Papa NNNNN
Cuando Navegamos NN
Micaela NNNN
Ajaulili NNN
Etiquetas: The Foreros